Conducción Segura

Caídas en frenada

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Buena parte de los accidentes en moto se producen tras perder el control durante una frenada, sobre todo en la fase de entrada en curva…

EL PROBLEMA. Las cifras de siniestralidad –que son nuestra referencia para este asunto– indican que en la entrada de las curvas es donde hay más problemas, lo cierto es que cada curva, o conjunto de curvas, son «un todo» y será muy complicado que la salida sea buena si la entrada no lo fue.

Y, como decíamos, la entrada es fundamental: si hemos valorado mal la dificultad de esa curva y no hemos reducido suficientemente la velocidad antes, ya empezamos con «puntos» de menos; habrá un momento «de no retorno» que si pasamos a más de cierta velocidad hará imposible trazar esa curva.

Tan importante como eso será entrar por la parte exterior: si entramos ya por dentro, nos estamos quitando más «puntos», porque no vemos tan bien hacia dónde vamos, y porque empezamos la trazada desde dentro, y a partir de ahí sólo podemos abrirnos… quizás hasta más allá de nuestro carril, hacia el guardarraíl o arcén en curvas a izquierdas (malo) o hacia el sentido contrario en curvas a derechas (peor).

Tras esa fase inicial, soltamos frenos y ya con la marcha apropiada «metemos» la moto en curva trazando hacia el punto más interior. Aquí, con la moto inclinada, nos podemos encontrar con que la hemos inclinado tanto que «roza» algo y eso puede impedirnos hacer la curva o hacernos perder adherencia de los neumáticos: hay que meter el cuerpo hacia dentro para poder levantar la moto en la misma medida, y alejarla de sus límites. También puede que nos parezca que vamos demasiado rápido: si tocas el freno una vez tumbado, la dirección «tirará» hacia fuera y te obligará a abrirte, y si te pasas con la maneta derecha puedes sufrir un bloqueo en la rueda delantera.

Pasado el ápice o punto más interior, ya podremos abrir gas para salir de la curva: ahí, si al reducir nos hemos pasado y llevamos una marcha corta, el motor puede responder bruscamente si no abrimos gas con cuidado y podría provocar un derrapaje y caída «por orejas».

CIFRAS

LA SOLUCIÓN

Lo que mal empieza mal acaba, así que vamos a empezar la curva «por el sitio»: abre tu trayectoria, acércate al lado exterior de tu carril y reduce tu velocidad de acercamiento mientras bajas marchas, dejando ante la duda siempre una más larga que una más corta para evitar brusquedades cuando luego abras gas, y para dejar la moto algo más «suelta». Aguanta por el exterior, y aprovecha la mayor visibilidad de la curva que te da esa posición para comprobar que la ésta es como esperabas, que no hay ningún obstáculo, etc.

Ya puedes soltar frenos y entrar: ya has hecho parte de la curva por el exterior y directamente buscarás un ápice «atrasado». Hasta allí llegarás con la moto inclinada, pero con el cuerpo echado hacia el interior para que no tengas que tumbar tanto la moto como para poner en un compromiso su altura libre al suelo o el agarre de sus neumáticos, todo en función del ritmo o velocidad a la que vas. Y si te parece que vas algo más rápido de lo que te gustaría, no toques el freno delantero: acaricia el pedal del trasero, no sólo reducirás la velocidad sino que te ayudará a meter la moto hacia el interior, completando esa trazada, y además «asentará» la moto.

Sujeta con firmeza el manillar para dirigirla hacia donde tú quieres, y, con la mirada puesta en la salida de la curva, empieza a abrir gas progresivamente para recuperar velocidad y para que esa aceleración te ayude a levantar la moto y abrir la trayectoria hacia el exterior de la curva, siempre dentro de tu carril. 

CUESTIÓN DE PRÁCTICA

«Soltar-entrar». Es algo que puedes practicar con facilidad en muchas ocasiones, cada día, pero el ejemplo más claro podría ser llegando a una rotonda. Cortas gas, frenas y vas reduciendo marchas según necesites a la vez que estás frenando delante; si además das un golpecito de gas en cada reducción, ya vas para nota. Todavía con el freno accionado, empiezas a orientar la moto hacia la glorieta, suponiendo que no viene nadie, claro, y en un instante determinado sueltas el freno y «metes» la moto hacia la derecha, para entrar en la glorieta. Ahora, otro instante más tarde, deberás hacer fuerza en el manillar a derechas (sí, «contramanillar») para tumbar la moto hacia la izquierda y ya circular por la glorieta. Todo esto ocurre rápido, pero si lo haces «pensando» aprenderás cómo reacciona tu moto frenando, soltando freno y haciendo contramanillar; hazlo conscientemente cada vez y enseguida notarás cómo aumenta tu control sobre ella.

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Freno trasero y control. Lo vimos la semana pasada pero es algo importante para que practiques, y de nuevo una rotonda amplia y despejada de tráfico es el mejor sitio para ello. Da vueltas e intenta cambiar la trayectoria a tu voluntad, a base de fuerza en el manillar (hacia la izquierda se abrirá, hacia la derecha se meterá hacia el interior), y prueba cómo cambia si presionas las estriberas alternativamente (si tienes soltura, lo notarás si sueltas la mano izquierda unos instantes). Y practica también a tocar suavemente el freno trasero y cómo cambia la actitud de la moto.

© Agradecimientos y Créditos: Motociclismo.

PóluxCrivillé NO A LOS GUARDARRAÍLES ASESINOS

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6 comentarios en “Caídas en frenada”

  1. Con práctica y paciencia, llevo bastante tiempo «abusando» del freno trasero para aprender más a usarlo correctamente, y es ahora cuando me doy cuenta de lo que ayuda usarlo correctamente. Me permite desde luego mejor paso de curva y más seguridad que antaño cuando practicamente sólo utilizaba el delantero.
    Muy instructivo el artículo.

    V´ssss…..

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