Según una célebre cita de Aristóteles, «somos lo que hacemos cada día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito». Por tanto, si adquieres buenos hábitos al conducir una moto, siempre estarás mejor pertrechado para enfrentarte a la jungla diaria del asfalto. Aquí tienes una serie de consejos que te pueden ayudar a alejarte del desastre. Lo mejor es, siempre, pilotar con seguridad y de forma inteligente…
Piensa mal y acertarás. Sigue esta máxima con el resto de usuarios de la carretera. Esta técnica defensiva da muy buenos resultados porque permite anticiparte a movimientos, digamos, hostiles.
Actúa como si fueras invisible. ¿Cuántas veces habrás oído eso de «no te he visto»? Efectivamente, actúa como si para el resto fueras invisible, no existieses, sobre todo en ciudad. Si un coche puede ocultarse en los puntos muertos de los retrovisores de un vehículo de cuatro ruedas, imagínate una moto.
Otra dimensión. Ten en cuenta que los conductores de coche no imaginan la agilidad o la aceleración que podemos alcanzar con nuestra moto. Sus estándares espacio-tiempo no son los mismos que los nuestros.
Ten paciencia. No es posible estar en pie de guerra un kilómetro sí y otro también. Quizá te puedas llevar las peores consecuencias. Ser benevolente es, a veces, difícil, pero suele ser una aptitud más positiva.
Deja tu ego en casa. Vale que tienes la moto más limpia, más bonita y mejor preparada de tu provincia, pero «al único que le interesa que seas el más rápido» en la autopista, ciudad o en ese tramo de curvas es a la policía y al juez.
Pon la máxima atención. Ya sé que la modelo del cartel está que se sale y que te estás preguntando si lo que lleva puesto es una minifalda o un cinturón, pero mientras la estudias puedes estar aproximándote a un problema más grave que esta mera duda textil.
Mantén la calma. Adelantar coches al doble de su velocidad o cambiando de carril constantemente te puede hacer sentir un estado de ánimo de superioridad que no siempre es rentable a largo plazo.
Piensa antes de actuar. Si tienes un coche delante que va a menos de la mitad de la velocidad permitida en esa vía, tendrá sus razones, como por ejemplo, que no sabe dónde está, pudiendo girar de forma inesperada en el último momento. Antes de adelantarlo, tenlo en cuenta.
Céntrate en que estás conduciendo. La mayoría de los accidentes ocurren durante los primeros 15 minutos de la conducción, a una media de 60 km/h, en una intersección y de vuelta a casa. ¿Un recorrido así es el tuyo de todos los días?
Sé consciente de tus limitaciones físicas. Si mides «un metro cincuentaytantos», no es aconsejable que te compres una maxitrail. Debe haber otras alternativas que te compliquen menos la vida.
Los piques, para circuito. Asume que siempre habrá alguien más rápido que tú. Además, cuando entras en un pique con otros, ten por seguro que sobrepasarás tus límites. Mal asunto.
Controla tus emociones. Tu estado emocional puede ser tan poderoso como una droga. Por tanto, estúdiate a ti mismo. ¿Estás como loco de contento, triste, cansado, ansioso…? Quizá sea mejor dejar la moto aparcada.
Respira profundamente. Cuenta hasta diez. Visualiza bien tu alrededor. Recuerda que no puedes olvidarte ningún detalle. A tan sólo 120 km/h no son nada agradables las sorpresas de ningún tipo. Eres vulnerable. Los superhombres sólo existen en los cómic.
Conducción a diario. No hay que dejar nada al azar, aunque se pase por el mismo sitio todos los días. Las circunstancias del tráfico varían a cada instante. No te confíes.
Relájate y disfruta. Nada de tensión. Montar en moto es disfrutar de la conducción, pero sin dejar de estar alerta. Pilota con naturalidad.
No eres Superman. Si estás cansado, mejor párate un momento o el tiempo que creas necesario. No es de recibo seguir porque no podrás estar preparado para circunstancias adversas.
Sueño en autopista. La conducción prolongada por autovía o autopista puede acarrear aburrimiento y sueño. También en moto, el sueño es un cruel enemigo.
Sentido de la velocidad. La velocidad es un dato real, pero tú la puedes percibir de distinta manera. Cuando entras en un núcleo urbano después de circular «deprisa» en autovía, tienes que volver a programar tu «chip». Mira la instrumentación para saber a qué velocidad vas cuando ruedas por la noche, la sensación de velocidad no es la misma que por el día. En esta situación hay que extremar las precauciones y ser más prudente. Lo peor es el paso del día a la noche, cuando «ni sí ni no».
El protagonista de la película. Piensa que siempre hay alguien más rápido que tú. Así se te bajan los humos y no te pasas de la raya.
Inteligencia y seguridad. Y, por favor, sé prudente, pilota seguro y sé inteligente. A la moto hay que tenerle respeto, no miedo. Así disfrutarás, que es lo más importante.
© Agradecimientos y Créditos: Formulamoto.es. Enlaces, menciones y fotos de esta entrada.
Nota: Puede que los enlaces, imágenes y/o vídeos dejen de funcionar.
Muy buenos todos los consejos! Gracias por compartirlos!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchísimas
gracias por compartir todos tus conocimientos. Con cada una de tus entradas somos mejores y mas seguros conductores. Gran trabajo. Gracias de verdad.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy buenos los consejos. Es una gozada seguirte. En los atascos por la mañana, suelo poner la luz larga. Es posible que sea motivo de multa, pero he comprobado que te ven.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Excelentes apuntes, ten seguro que si te acatan lo dicho… ojalá así sea, muchas vidas se prolongarán y todos disfrutaremos aún mas de la conducción de nuestras motos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Solamente decir sabios consejos que hay que tener muy en cuenta gracias juj
Me gustaLe gusta a 1 persona
gracias por estar asi pendiente asi teniamos k ser tooodos
Me gustaMe gusta
Hola Gerard, lo importante de verdad es lo que haces cuando estás a solas con tu moto… Si aprendiste algo o sigues jugándotela por nada… ¡Gracias por tu comentario!
V’SsS
PóluxCrivillé
Me gustaMe gusta