
Cada época del año en moto tiene lo suyo, y tanto tú como tu montura, debéis adaptaros a los distintos escenarios para seguir disfrutando de las dos ruedas con seguridad. Ten presente que en carretera abierta, la presencia de todo tipo de elementos sobre el asfalto, unos traídos por el aire y otros como las hojas de los árboles o las castañas caídas unas sobre otras, pueden poner a prueba tu buen hacer sobre el manillar…

Cada curva es una sorpresa porque nada es lo que parece
Sin duda alguna salir de ruta en otoño es toda una experiencia de luz y colores. Pero ojo, que los peligros también seguirán ahí, camuflados y al acecho… #Motero270 #Ruta #Conduccion #Moto #TrabajaLaPrevención #Otoño
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Tras un cambio de rasante puede haber cualquier cosa, ¡precaución al manillar! La señal inequívoca del otoño son sus hojas. Éstas son muy traicioneras, estén secas o peor aún mojadas. En cualquier circunstancia hay que desconfiar y pasarlas lo más vertical posible… La visibilidad, estado del firme, temperatura y demás condicionantes, harán de tu ruta toda una experiencia… Una aliada del otoño es la niebla, ¿ves las señales a pocos metros de la moto? ¡Ese es el peligro, que no se ve nada!
No debes descuidar los días con niebla y frío, éstos exigirán un mejor tacto en todas las maniobras que realices y un mayor desgaste visual. Las frenadas y aceleraciones deben ser comedidas para evitar pérdidas de adherencia en este asfalto tan resbaladizo. Por lo tanto, tu pilotaje debe rezumar conducción preventiva por todos los poros de tu piel en todo momento.



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