¿Qué es mejor, empezar con una 125 e ir subiendo progresivamente o comprar directamente una “mil”? Yo no sabría contestarte con acierto porque esto realmente depende de cada uno. En mi caso empecé con una de 15 CV y actualmente voy por encima de los 100 y te aseguro que con cada una de las motos aprendí algo…
Ahora bien, tanto si decides hacerlo como yo -ir subiendo de “categoría” cada cierto tiempo-, como dar el gran salto, de tu actual moto a una “gorda”, tendrás que considerar algunos aspectos básicos ya que, si lo piensas fríamente, con cada cambio y pese a que sigan siendo dos ruedas, tu moto nueva y tú seréis unos grandes desconocidos durante los primeros kilómetros.
Para empezar a conoceros, lo primero que deberás ajustar en una moto nueva son los mandos. Es justo lo que hacen los pilotos profesionales cuando se suben por primera vez a sus máquinas. En tu caso no tendrás mucho que modificar, pero sí lo suficiente para ir más cómodo y más seguro.
Por lo general, cuando una moto viene de fábrica ya está pensada para una talla estándar, pero no viene nada mal personalizarla aún más con estos simples cambios que conseguirán que reacciones más rápido:
- Por lo general las manetas son regulables en distancia y orientación. Un buen ajuste permite “llegar” a éstas sin forzar la postura del cuerpo.
- El manillar también se puede mover hacia ti o alejarlo. Pero cuida de no cargar tus muñecas ni obligar a los codos a ir hacia fuera.
- De los retrovisores seguramente te encargarás -de manera instintiva y sin que nadie te diga nada- de posicionarlos correctamente para saber con exactitud qué ocurre detrás. Tan imprescindible como ver lo que pasa delante.
Después de haber configurado la ergonomía de tu nueva moto para que sea como una extensión de tu cuerpo, pasamos al siguiente apartado: tu aptitud. Seguro que con la nueva cilindrada viene un paquete extra de prestaciones: que si más potencia, mayor aceleración, mejor conjunto de frenos, gomas más anchas, etc. Como ves, no son pocos los cambios que tienes que asimilar para hacer del conjunto una conducción más divertida y también más segura.
Pues bien, te voy a dar una oportunidad de oro para conseguirlo. En el refranero popular hay uno que dice: “No hay mal que por bien no venga”, y mira por dónde que te vendrá fenomenal aprovechar el rodaje mecánico para adaptarte al nuevo comportamiento de tu moto. Piensa que con la anterior sabías cómo iba a reaccionar en casi cualquier situación después de tanto uso. Pero con la nueva, son todo dudas…
© Agradecimientos y Créditos: Artículo publicado en Motopoliza.com. Enlaces, menciones y fotos de esta entrada.
NOTA: Puede que los enlaces, imágenes y/o vídeos dejen de verse.
anda si es mi amiga FUENSANTA!
holaaaaaaaaaaaaa!
Me gustaMe gusta
yo no recomendaria una 1000 ni loco :D, demasiados cavallos
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me quedo con la frase del final… el rodaje no es sólo para la moto… al piloto le viene genial para hacerse a su nueva «amiga»
Me gustaLe gusta a 1 persona
Llevo 40 años encima de la moto. Nunca recomendaría a nadie subirse a una mil o superior si antes no ha realizado el aprendizaje de llevar motos más pequeñas en cilindrada y potencua y ligeras de peso.
Hace tres semanas me he comprado mi moto número treinta y tanta, de las que de mil o más ha habido unas cuantas. Me ha costado exactamente una mañana acostumbrarme a la nueva.
Me gustaMe gusta
Hola Robby200, seguro que cada una te ha aportado algo, dime que no… 😛 Gracias por compartir tu experiencia 😉
V’SsS
PóluxCrivillé
Me gustaMe gusta