En el mes de Mayo hice un curso de conducción segura de la AMZ y además rodé en un circuito. La experiencia ha sido muy satisfactoria por la tranquilidad que te transmite la ausencia de barreras y obstáculos, por el agarre del asfalto y por la oportunidad inmejorable para “probar cosas”, como mi C-ABS. Recuerdo que Emilio, uno de los monitores, nos decía: “en moto tienes que experimentar para saber lo que llevas y conocer las reacciones. Si un coche frena delante inesperadamente y te deja sin escapatoria, no sólo dependes de tu habilidad al manillar sino también de una frenada contundente que impida que se te atragante la chapa…” A lo mejor no lo dijo con estas mismas palabras pero sí que mantengo la esencia del mensaje. Así que, con la garantía de una buena pista y sin peligros aparentes, provoqué la actuación del ABS…
Contrario a la opinión de muchos, el elemento más potente de una moto no es su motor sino sus frenos. Éstos deben ser lo suficientemente capaces como para detener el conjunto: peso-piloto-inercias, en el menor número de metros posible. Probablemente nunca conozca los verdaderos límites de mi Hornet, me conformo con saber que está bien dotada y que gracias a ello, es una moto muy segura.
Durante un puñado de vueltas al trazado del circuito FK1, me doy cuenta de que voy apurando cada vez más la frenada hasta que en una vuelta en que me apoyo más de lo normal en el freno trasero, noto en la bota unos “golpecitos” del pedal. Al principio mi primera impresión es que mi negrita me está culeando, que la rueda trasera salta, ¡¡¡que se me está yendo de atrás…!!! Pero hay algo que no me cuadra. Ya nos enseñaron a “timonear” la moto con la cintura en caso de llevar la rueda trasera deslizando pero, mi Honda no se atraviesa (sic). Simplemente esos toques en la bota es la respuesta del sistema de frenado al bloqueo, me está avisando de que el C-ABS está funcionando. Sí, ya sé que en el cuadro tengo un testigo amarillo que se enciende pero… ¡como para mirarlo!
Sin embargo, con la maneta derecha la cosa es distinta. En varias frenadas, de esas de “ir en busca de la fe”, y sin pisar previamente el trasero, no noté en ningún caso la sensación que tenía aprendida con el pie. En esta ocasión el “parkinson” de la maneta es muy suave, no obstante, de llevar dentadura postiza, la hubiera estampado una y otra vez contra el interior de la pantalla del casco, ¡¡¡cómo frena la condená !!! Evidentemente las condiciones de la prueba para comprobar la eficacia del conjunto de frenos ayuda, no hay que olvidar que la temperatura de la goma y la calidad del asfalto del circuito hacen mucho. Ahora bien, extrapolando la experiencia a una situación del día a día, no me cabe la menor duda de la efectividad del C-ABS, seguramente recorra pocos centímetros más que en pista, pero sabré cómo se las gasta mi negrita en las distancias cortas. Eso sí, hay que amarrarse los piños…
Ahora un poquito de teoría experta de la mano de Motociclismo.es:
Muchas de las motos actuales equipan ya ABS, y parece que en el futuro lo harán, por ley, todas… Se trata de un gran paso a favor de la seguridad vial: tenlo claro, los modernos ABS ya frenan mejor que tú y que yo.
El 41% de los accidentes mortales en moto son colisiones. En ciudad, del total de accidentes, un 72% lo son. En carretera, un 23% son producidos por salidas de vía. ¿Entiendes la importancia de la frenada para evitarlos?
Recuerda lo comentado en capítulos anteriores en cuanto a las frenadas, incluso las de emergencia: debes frenar primero ligeramente delante para cargar el tren delantero y dar agarre al neumático, para de modo inmediato aplicar potencia suficiente pero sin llegar a bloquearlo, al tiempo que combinas y equilibras con el freno posterior.
Si llegas a bloquear, debes «soltar» y volver a presionar. Lo bueno: esto último lo hace el ABS por ti, (y si la frenada monta el sistema «combinado» adecua y añade también la acción de tu pedal) ¡«millones» de veces por segundo! El resultado es que en nuestras pruebas (las hicimos frenando al límite desde 200 km/h sobre una moto naked), aunque sólo un piloto experto es capaz ¡tras varios intentos! de conseguir alguna frenada con una deceleración algo superior (9,7 m/s2, 159 m para una frenada desde aquella velocidad). El ABS consigue parar la moto en 162 metros (con 9,5 m/s2, casi la misma, en deceleración).
El ABS lo hace tirando de la maneta sin compasión y dejando que sea el sistema quien mande. Es posible, pues, que un buen piloto y bien entrenado (tú) pueda llegar a superar a un ABS, pero ante una frenada de pánico o imprevisto lo lógico es admitir que «no puedes entrenar antes» hasta hacer la frenada perfecta como sí hace el ABS. Así, donde perdías muchos metros soltando los frenos haciendo tu «antibloqueo natural», con el ABS mantienes la maneta apretada aún sobre la gravilla con mayor seguridad y en cuanto hay agarre, los frenos actúan ya con toda la contundencia posible.
Recuerda que:
- El ABS es un seguro siempre que lo uses con la moto recta: en las frenadas en curva no es omnipotente e igualmente puedes perder agarre.
- El ABS ofrece demasiadas ventajas, incluso en conducción deportiva para el piloto más experto y capaz, como para no preferirlo.
- Acuérdate que para frenar debes aprovechar también la retención del motor al bajar marchas, pero evitando bloqueos
Fallos habituales:
- Pensar que, como mi moto lleva ABS, puedo despreocuparme de poner atención a la maniobra de frenada.
- No cuidar las presiones de los neumáticos (¡imprescindible!) o el estado de discos, pastillas o líquido porque «ya llevo ABS» y eso me salvará.
- Conducir la moto en carreteras de curvas «haciendo entrar el ABS» de continuo. El ABS frena mejor que tú, pero no es capaz, una vez «ha entrado», de mejorar hasta lo imposible las distancias de frenado.
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«Probablemente nunca conozca los verdaderos límites»… yo tb espero que no lo conozcas 😉
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