Pontevedra-Carballiño-Ribadavia-Arnoia-Cortegada-Celanova-Ourense y… «voRrRvé»

Al igual que la última vez, hoy me lo he pasado genial. Se ha juntado todo. Buena compañía, buena comida -gracias Nafis, mañana más y gratis tb!!! jiji- y lo más importante: una ruta de escándalo!!! Lástima que la batería de la calimera de Fernando lo obligara a ir enlatao que si noooo…

Como puedes leer en el título me metí una kilometrada buena. Para la semana ya toca revisión de los seis mil, ¡¡uff!! habé cuanto me sablean de esta vez… Bueno, sigamos con lo positivo jeje. En Pontevedra por la mañana estaba medio nublado y opté por sacarle la pantalla negra a mi Lazer para dejar la blanca y usar gafas de sol. Luego, conforme me iba acercando a Carballiño me hubiera gustado haberla llevado. Pero bueno, como volví de noche, lo agradecí finalmente juasss!!!!

El puerto del Paraño es visita obligada para todo motero. No hace falta irte  a velocidades estratosféricas para disfrutar, fue mi caso. Iba todo el tiempo «levitando» sobre las estriberas moviendo el peso de mi negrita según la dirección de cada curva. ¡Ah! No te conté, le eché gasofa de 98 octanos y parece que le sienta bastante mejor. Suena distinta, me parece que va más redonda y «desaparecieron» por el momento ciertos tirones raros que me daba la inyección a bajas vueltas… Precisamente me di cuenta de lo «suave» que iba mi Bandida por el tacto con el gas, más dosificable y con mayor juego claro está. De ahí que el deambular entre virajes fuera toda una grata sensación.

Es mediodía, hora de comer como en otros muchos lugares y en Carballiño se come muy buen Pulpo. Fernando me llevó al Mesón Do Pulpo donde no sólo nos comimos un par de riquísimas raciones de Polbo a feira sino que además disfrutábamos con la sesión cronometrada del Gran Premio de España en Jerez en la caja tonta. Qué espectáculo ver a esos fenómenos del MotoGP apurando frenadas donde la rueda trasera permanecía levantada durante bastante tiempo a la par que dibujaban trazadas redondas subiéndose por los peraltes asfaltados… ¡¡¡Estoy impaciente por ver las carreras!!!

Con mono de curvas devoramos unas cuantas después del café. Quedamos con Grafito y su GS500f y su colega con una VFR. Fuimos primero hasta Ribadavia, nos sumergimos en la vorágine de curvas entre Arnoia y Cortegada donde hicimos una parada técnica para disfrutar de las «vistas» en el Club Termal de Cortegada. A continuación cogimos la carretera que conducía a Celanova. Precisamente esa carretera, la OU-531, no me traía buenos recuerdos puesto que en una de sus curvas, una a izquierdas a la entrada de O Picouto, me fui al suelo por culpa de una placa de hielo hace unos meses.

No me afectó pasar de nuevo por allí. Sí que me sorprendió ver como ese mismo tramo parecía inofensivo. Un montón de pensamientos se me vinieron a la mente en ese momento pero debíamos continuar nuestra ruta. Próximo destino: Ourense. Cogimos la autovía a la salida de Celanova y la abandonamos pasado Orense para ir por el interior hasta Carballiño.

Después de todo el día de «pingosss» ya toca retirada. Tomamos un «penúltimo» café, -nunca se debe decir «último» jijiji- y me vine por donde fui hasta mi casa. De nuevo pasé por el Paraño pero esta vez tocó subirlo. Personalmente me gustan más las subidas que las bajadas. En las segundas juego con la retención del motor antes de la entrada a las curvas mientras que en las primeras es todo gasSsS…

Fotos Nafisgal y PóluxCrivillé: Cortegada (Mar’08)

© Agradecimientos y Créditos: Google Maps, Club Termal de Cortegada