Por un motivo o por otro llevaba bastante tiempo sin coger a mi «susi» y hoy lo hice…
Como buena «ruta» improvisada, tenía principio pero no fin. Conforme pasaban los kilómetros decidía optar por un camino o por otro. La autonomía de la GS es brillante y me da confianza saber que tras la vuelta de esta tarde aún me queda depósito cuando ya rozo los 400 Km.
Es posible que mi «ruta» fuese larga, pero no fueron más que 200 Kilómetros mal contados. Es una gozada ir aprendiendo con cada kilómetro que recorres tanto en ciudad como en carretera abierta a lomos de esta GS carenada. Mientras me separaba de la ciudad iba jugando bastante con el cambio, no porque lo necesitara sino porque quería practicar. Rodar entre coches, subir a segunda, pisar el freno trasero y de nuevo bajar hasta primera con el medio embrague mientras avanzo lentamente hacia el semáforo…
Una vez engullido por la preciosa «galicia profunda» con sus carreteras reviradas, buen firme y soledad, estiro más el cuentavueltas sin sobrepasar en ningún momento las 6.000 rpm. Lo mismo hago en los tramos más rectos donde me permito ir encadenando una y otra marcha hasta alcanzar la sexta. Todas entran muy suavemente y el trinomio «puño+embrague+pie» empieza a coger soltura para mi satisfacción.